Proyecto sobre Tañarandy
Tañarandy o "Tierra de los irreductibles" nos remonta a los tiempos de las antiguas reducciones en las que los jesuitas influyeron enormemente en los pueblos indígenas de Misiones. Representa el punto más alto de la religiosidad popular y la traducción más genuina en forma de arte de los momentos cruciales de la religión cristiana. La procesión vespertina de cada viernes santo, siguiendo la vía "yvága rape", sintetiza devoción, fe y creatividad para dar actualidad a centenarias creaciones artísticas.
La concurrencia a esta manifestación popular sigue con unción el “Purahéi jahe’o” o canto triste y lastimero de los estacioneros, los candiles de apepu (fruta de naranja agria, cortada en dos y rellenada con grasa animal) instalados de a lo largo del camino. Los miles de faroles en manos de cada participante y las antorchas que arden en ambas veras rompen las tinieblas de la senda que recorre tan singular procesión.
La inmensa masa de seguidores llega al lugar donde se recuerda la escena final de la crucifixión. En este punto gana notoriedad el nombre de Koki Ruiz, artista plástico que con la ayuda de jóvenes de la localidad logró el resultado sorprendente de atraer todos los años a miles de turistas para presenciar está magnífica visión de la Semana Santa en el Paraguay. Allí, actores vivos reproducen con la máxima fidelidad posible, obras pictóricas o escultóricas inmortalizadas por genios de otros tiempos…
El objetivo pedagógico que sirvió de guía a esta actividad ha sido: conocer y valorar las costumbres y tradiciones propias de nuestro pueblo.